lunes, 2 de septiembre de 2013

El Mar nunca duerme

 Después de varios meses de ausencia por este medio, vuelvo a retomar mi pluma olvidada, por motivos ajenos a mi voluntad; desempolvar las amarillentas hojas blancas de mi cuaderno y continuar plasmando en ellas todas mis inspiraciones... no soy erudita en la poesía, pero escribo lo que siento y lo que va marcando la punta de mi corazón!... 

Estuve navegando por el mar disfrutando de la maravillosa energía que cada dia me regalaba el sol bañándome en sus placenteras aguas algunas veces, otras en turbulentas y gigantescas olas, sumergiéndome cual pez para admirar y contemplar la belleza y misterio que existe bajo el agua... maravillarme de la espectacular e indescriptible belleza contemplando los corales, peces de múltiples colores, caracoles y extraordinarias plantas marinas.... todo un espectáculo para contemplarlo y exclamar a Dios...¡Gracias Señor por regalarnos tanta belleza junta, bajo el mar!...

Y en una noche serena, tranquila a la orilla del mar, como únicos  testigos la luna y las estrellas y la brisa que rozaba mi cuerpo lanzándome a la arena quedando con la mirada hacia el cielo... pero pensando en la inmensidad del mar, comencé a hilvanar mis pensamientos y he aquí el poema que he titulado... "El mar nunca duerme"...



El mar nunca duerme 
pendiente de arrastrar hasta su profundidad
todo lo imperfecto... ingrato... y oculto
que dejan en sus riberas
 los idílicos protagonistas del amor...

Que pasean en las noches estrelladas
disfrutando de la suave brisa
que acaricia sus desnudos cuerpos,
escuchando el golpeteo de las olas
que se besan con los riscos  y
viendo la noche iluminada por la clara luna!

Entonces...tú, ¡oh mar!... haces que duermes
entre olas y olas que se deslizan hasta la playa
devolviendo las furiosas aguas
en calmadas y burbujeantes espumas!

 Burbujeantes espumas 
que llevan envueltas las caricias y promesas
hechas... teniendo al mar como testigo!

¡Oh mar!... tú nunca duermes...
extiendes tu inmensidad hasta lo infinito
para recoger las impurezas,
amarguras y tristezas que  han dejado
en la orilla de tu rostro
las nobles almas enamoradas!

¡Oh mar!.. tú que todo lo absorbes
para esconder en tus honduras,
todo lo desagradable,  lo imperfecto, lo impropio,
dejándolo todo olvidado en el fondo del mar...
Para luego emerger
lleno de paz, de serenidad y
contemplar con insania  la resplandeciente
luz de la neomenia que ha aparecido
en el espacio sideral
para darle vida a la oscura noche...

Admirando a las almas embelecidas,
al recibir tu gran regalo,
porque saben que lo inaccesible,
los sinsabores, las andróminas y
falsedades del momento,
han sido depositados en el mar profundo!...


Nhylath...




 ©Copyright Nila J. Bohórquez 
Derechos Reservados 2013